Soy Carlos Omar González Zamora.
Nací en 16 de octubre de 1988.
Nací en el Distrito Federal
(Nueva Ciudad de México)
Vivo en el Estado de México.
CARLOS GONZÁLEZ
Mi Rayuela
1.
Instrucciones para dar cuerda a una guitarra
-Primero debes mirarla por unos
cuantos minutos:
contemplala.
-No pierdas ningún detalle:visualiza
cada una de sus partes en tu mente deberás sentir una gran conexión como cuando
el sol y la luna se unen para dar luz al mundo.
-Ahora puedes sentirla.
-Acariciarla. Conocerla.
-Enamórate de
ella porque será tu mas fiel compañera. Permite que sienta tu calor: tu
compromiso.
-Ahora atento.
-Puedes dar el segundo paso.
-Busca un lugar cómodo para sentarte.
-Colócala gentilmente hacia tu lado derecho, de manera que una parte de su cuerpo quede recargado en tu muslo, la parte restante del cuerpo la sujetarás con tu mano izquierda.
-Mientas tanto, vas a deslizar tu mano
derecha en cada una de sus cuerdas, si el sonido no es el deseado dirígete a la
parte de arriba de su cuerpo y comienza a girar cada una de sus clavijas
dulces; ellas son la clave para un sonido, la armonía, la melodía que mas
anhelas.
-Una vez que encontraste el sonido
perfecto, la armonía y el ritmo que tu corazón te dicta, llegó el momento de
entrar en ese trance creador que solo ella te puede dar.
2.
Mentiras piadosas
A mi
corta edad he tenido que descifrar el misterioso mundo de los adultos y es que
su forma de querer educarnos es tan extraña y contradictoria, ¿por qué pienso
esto? Porque ellos hacen lo que no quieren que tú hagas y cuando lo haces
parece ser que eres el peor hijo del mundo, sin embargo, a ellos nadie les
puede decir nada de sus malos actos.
Uno
de los más grandes pecados para ellos es que nosotros digamos mentiras; cuando
nosotros los niños mentimos no solo nos llevamos una mala cara sino también un
terrible castigo como no ver televisión, no ir a casa de tu mejor amigo o no te
compran el juguete que tanto has pedido entre otras cosas.
Pero,
de lo que no se han dado cuenta es que ellos son los inventores de las mentiras
los padres mienten todo el tiempo y no solo nos mienten a nosotros también se
mienten entre ellos. Sé que vas a cuestionar lo que te estoy diciendo, pero te
diré todo lo que he descubierto durante mi investigación sobre los adultos y su
mundo de mentira y quizá estés de acuerdo conmigo.
Vamos a empezar con la primera gran mentira: los dichosos reyes magos. Tres sujetos de un lugar dudoso que solo se aparecen una vez por año a traerte juguetes por tu buen comportamiento. Según los padres, si te portas mal en casa, en la escuela, en cada de tus abuelos, con la vecina, con el señor de la tienda, bla bla, estos no te traen nada.
PRIMERA
GRAN: ¡Mentira! A mi peor enemigo de la escuela Kevin un niño que vino al mundo
para hacerle la vida miserable a los demás le traen juguetes como para un
millón de niños y como ya te dije su comportamiento es de lo peor, y aquí es
donde te das cuenta de la gran mentira.
He aquí las pistas de su dudosa procedencia:
-
¿No que los reyes solo les traen a los niños buenos? Y si eres un niño bueno
todo el año
-
¿Por qué los reyes solo te traen una sola vez?
-¿No
deberían traerles también a los adultos que se portan bien?
En
fin, como vez los adultos están llenos de mentiras. Fin de las pistas y prueba
rotunda.
Sé
que me dirás que esto de los reyes magos no es una mentira sino más bien una
creencia o quizá tradición que mantiene una ilusión en todos nosotros.
También estoy seguro que dirás que soy un amargado, pero no lo soy, solo intento saber por qué les alarma tanto esa palabra (mentira) si la ocupamos todo el tiempo.
Segunda
prueba de este escenario: te hago el despliegue de más pistas.
-Los adultos tienen una gran debilidad ¡así es! No son de acero como te lo quieren hacer ver, ellos le tienen miedo a una palabra que al escucharla se espantan como si hubieran cometido un crimen.
-Esa palabra es¡¿la sinceridad¡no soportan que alguien les diga la verdad. ¡Ya ves cómo son tan extraños!
-Cuando se encuentran con una persona que dice la verdad, la prueba irrefutable:¡les incomoda¡ (he llegado a pensar que incluso los odian)
- Agregan a su debilidad y poca honestidad, que los chicos vemos a leguas: gritan: ¡Es un inmaduro! ¡Qué persona tan grosera! ¡Me cae muy mal!
Son algunos de los comentarios que escucho cuando alguien es muy sincero.
-Veamos las preguntas que nos darán más pruebas:
¿Qué
no se supone que la verdad es lo que debemos decir siempre? ¿Entonces por qué
tanta furia contra ella?
¡Qué
extraños son los adultos!
Así
que en mi ardua investigación por comprender y probarlo todo, tenemos lo
siguiente: cuando eres niño no piensas que tus comentarios puedan herir a una
persona al contrario nosotros decimos las cosas como las vemos (además repito
no debo decir mentiras), supongo que al decir nuestras verdades somos unos
inmaduros como dicen.
Más pruebas para las hipótesis de estos saltos:
-Recuerdo:
el regaño que más se me clavó entre ceja y oreja:
Mi madre enojada conmigo, solamente por decir una verdad ¡si lo oíste bien, decir una verdad!
Pistas
del escenario de los hechos: analicemos:
-como
cada viernes nosotros fuimos al lugar donde preparaban las mejores hamburguesas
del mundo, aquel día había mucha gente así que tuvimos que esperar para ser
atendidos.
Después
de la espera al fin pudimos sentarnos parecíamos lobos hambrientos, hasta que
una señora se acercó con su libreta y su uniforme de trabajo, por fin nos
atendía.
Hechos: la señora mesera era tan gorda que nadie en el mundo podría darle un abrazo, por un momento pensé que rompería el piso de tan terribles pisadas.
-Buenas noches, ¿puedo tomar su orden? Mi padre fue el primero en pedir para él y para mí, mamá tardó un poco porque estaba dudosa en que ordenar. Una vez que decidió le dijo a mi padre -después de esto ya me pondré a dieta, mira ya estoy como un globo- en cuanto terminó su frase yo le dije –
La
encrucijada fue esta: mi reacción natural y verídica;
-Pero
mamá tu no estás gorda como un globo ella si está gorda como un globo. La
señalé era la mesera,pero no estaba tan alejada de nosotros y solo volteo de
reojo sin decir nada y con gesto de asesina.
Pruebas a su consideración: aquí tenemos el segundo escenario del regaño por ser sincero:
-¡Paco, eso no se dice!
Mi
madre me regañó por más de veinte minutos diciéndome que eso fue muy grosero y
que no debía de hacer ese tipo de comentarios, yo no entendía el regaño porque
no dije ninguna mentira y taré de defenderme diciendo que no dije nada malo
porque esa señora estaba gorda.
Cómo puede enojarse alguien que está gordo si le dices gordo, no entendía los argumentos de mi madre
Cómo puede enojarse alguien que está gordo si le dices gordo, no entendía los argumentos de mi madre
Papá que es más tranquilo me dijo que, aunque es verdad lo que yo defendía era mejor no mencionárselo a las personas, él dice que es mejor utilizar palabras con cariño como: gordito, llenito, entre otros.
Y
aquí la prueba contundente de todo lo que había detrás de los hechos:
-¡Ah
mentir! Les dije.
Pero ellos decían que no era una mentira sino una forma menos cruel de llamarles. No sé tú, pero yo pienso que sigue siendo una mentira y mis padres solo querían disfrazarla.
Cuando llegué a la adolescencia descubrí que la vida de nosotros los jóvenes dependen de la mentira.
Yo trataba de ser lo menos mentiroso posible, ahora que lo veo mis mentiras era muy chiquitas por ejemplo siempre me quedaba con el cambio de los mandados y le hacía creer a mi mamá que ya se lo había dado o cuando me preguntaban si ya había hecho mi cuarto yo decía que sí, pero era un verdadero desastre.
Las cosas como esas son mentiras que no dañan a nadie ¿verdad? Pero en la escuela conocí a los verdaderos expertos de la mentira. Si mentir fuera un concurso seguro ellos lo ganarían.
Pero, he notado que nosotros los jóvenes mentimos de una manera muy estúpida. Creo que conforme vamos creciendo algunos de nosotros perdemos la inteligencia (espero que no me suceda).
Mentimos
para impresionar a las mujeres, siempre decimos que somos los más valientes o
que hemos visitado este o aquel lugar, que no necesitamos pedir permiso de
nuestros padres, que somos los don juanes de la colonia.
Las mujeres se mienten entre ellas, que te queda bien tu corte de cabello, que eres muy linda, muy bonita; y después de todo esto ¿qué tenemos? Un montón de inmaduros que vive con sus padres, sin un solo peso en la bolsa y temerosos de la vida.
Lamento decirte que cambié mis mentiras chiquitas para unirme al club de los grandes mentirosos, en este ámbito social es la única manera para obtener popularidad y admiración.
Cuando
llegué a la edad adulta me di cuenta de que nuestras mentiras es para
engañarnos a nosotros mismos porque no queremos ver la realidad de nuestros
mundos.
Las mujeres feas se maquillan para aparentar belleza, los hombres van al gimnasio para obtener un mejor cuerpo, los gordos se dejan engañar por los productos milagros que ven en televisión y no se dan cuenta que morirán siendo gordos a menos que no hagan ejercicio.
En fin, ahora puedo ver que la
mentira es parte de la vida creo que gracias a ella podemos tener un equilibrio
relativamente sano, al parecer la mentira le da esperanzas a la gente, a
algunos los motiva hacer ciertas cosas a otros les permite no suicidarse y a mí
me permite sobrellevar una sociedad que se espanta cada vez que saco al
balcón mi ya muy practicada sinceridad.
Me encantaron los dos, y porsupuesto me identifique con el segundo. Eso de ser sincera en el mundo adulto se me da mucho. Felicidades amigo!!
ResponderEliminarAgradecemos por tu comentario, el autor sabe que su talento es ser sincero, claro...
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